Robert Kubica rodó ayer, en un test privado de Renault en el circuito de Cheste, nada más y nada menos que 115 vueltas al volante de un Fórmula 1. El piloto polaco lo hizo más de seis años después de la última vez que pudo subirse a un F1, con un monoplaza de 2012, el E20, último modelo que equipó en la F1 un motor de ocho cilindros.
La prueba tuvo lugar en medio de un considerable secreto, sin previo aviso a los medios de comunicación y poca información proporcionada sobre las razones de la misma. "Fue una prueba privada para Robert", dijo el equipo, agregando que el polaco había completado 115 vueltas con "la mayor de las sonrisas".
Hay que recordar que Kubica participó en 78 grandes premios de Fórmula 1 hasta que en 2011 sufrió un grave accidente en un rally y vio interrumpida su exitosa carrera. Aquel accidente que estuvo a punto de costarle la vida y le dejó importantes secuelas de movilidad en su mano y brazo derechos.
Robert complained about grip, understeer, downforce and had the biggest smile on after his 115 laps!! 馃憡 #Kubica pic.twitter.com/dOqJCc0iez
— Renault Sport F1 (@RenaultSportF1) 6 de junio de 2017
El piloto de 32 años ha estado probando en las últimas semanas otros monoplazas, primero en un GP3 y después un coche de Fórmula E.
FOTO: RENAULT