Lewis Hamilton, recientemente coronado como campeón del mundo de Fórmula 1 por cuarta vez, aparece en los Paradise Papers, la última filtración de documentos sobre evasión fiscal.
Hamilton está acusado de haber evitado pagar 3,7 millones de euros por la compra de su jet privado, un Bombardier rojo valorado en 19,2 millones y que utiliza desde 2013. El británico habría utilizado una serie de compañías como Stealth Aviation Limited, Stealth Limited y BRV en la Isla de Man para comprarlo en lugar de hacerlo a título personal.
Según los datos recogidos en los Paradise Papers, la firma financiera EY y el despacho de abogados Appleby, que ya se ha situado como el epicentro de todo el escándalo, ayudaron a Hamilton y otros clientes a establecer negocios ficticios por los cuáles alquilaban a sí mismos sus propios jets.
“Es perfectamente legal elegir el arrendamiento en lugar de la compra. El objetivo principal es obtener una ventaja fiscal”, aseguraron los abogados de Hamilton al respecto.
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