viernes, 26 de abril de 2024

Tema tabĂș: reclamaciones

Opinión  |  09 noviembre 2016 19:40

El Rally Isla de Tenerife, y por consiguiente el Campeonato de Tenerife de Rallies de Asfalto, han estado envueltos en polémica. Siempre que ocurre algún caso como éste, se habla de falta de compañerismo, de falta de deportividad o de ‘trampas’ que han hecho otros.

Hay que recordar que existe una normativa que es la misma para todos los participantes de cualquier prueba automovilística. Todos conocen estas normas y, si se las saltan, es bajo su riesgo y ventura. Conocen que están cometiendo una ilegalidad, ya sea para mejorar su rendimiento, evitar una rotura o ayudar a un compañero.

En muchas ocasiones se tacha como ‘el malo de la película’ al que reclama, cuando en lugar de eso se le debería apoyar por aportar a este deporte algo de transparencia. Las normas existen por un motivo y hablo en nombre de todo aficionado a este deporte; hay que respetar y cumplir estas mismas reglas para no convertir esto en una república bananera.

Falta de compañerismo o de deportividad son algunas de las expresiones que se utilizan en estos casos. Grave error. Defender u obviar este tipo de comportamientos solo daña la imagen de los rallies, igual que ver a alguien entrenar una prueba fuera de tiempo o de manera poco ortodoxa y mirar hacia otro lado.

El método actual para denunciar una ilegalidad no parece para nada correcto. Forzar a un equipo participante a reclamar a otro mediante abono previo de una cantidad económica, que muchas veces puede parecer excesiva, puede provocar que muchas veces no se denuncie. La solución podría ser que los comisarios deportivos puedan actuar de oficio si hay pruebas concluyentes.

Lo cierto es que quien ve una ilegalidad y no reclama no es un buen compañero, es un cómplice.