Fernando Alonso, junto al suizo Sebastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima, se ha proclamado ganador del Campeonato del Mundo de Resistencia (WEC), después de vencer este domingo en las 24 Horas de Le Mans, una cita en la que remontó en la última hora al Toyota número 7 del japonés Kamui Kobayashi, el británico Mike Conway y el argentino José María 'Pechito' López.
De esta manera, Alonso conquista por segunda vez la mítica prueba francesa, en la que ya venció el año pasado, y gana en la última carrera el Mundial de Resistencia tras vencer, además de en Le Mans, en las 6 Horas de Spa (2018 y 2019) y las 1.000 Millas de Sebring (2019).
Todo ello tras sobreponerse a una infausta noche, donde la puerta derecha del TS050 número 8 de Toyota dio excesivos problemas al equipo del asturiano; no cerraba bien, y ello hacía perder velocidad al monoplaza entonces conducido por el piloto ovetense. Superado el percance, el número 8 pudo seguir manteniendo la segunda plaza de la cita.
Alonso volvió a subirse al coche superadas las once de la mañana, a menos de cuatro horas para el final de la prueba. La distancia de 3:14 con el Toyota número 7, que se mantenía al frente con el japonés Kamui Kobayashi, el británico Mike Conway y el argentino José María 'Pechito' López, semejaba ya insalvable.
Un coche de seguridad permitió a Alonso recortar distancias con el líder en el último tramo de la carrera. Contra todo pronóstico y en la última hora, un pinchazo en un neumático de la unidad 7 hizo que el coche del asturiano pudiera ponerse en cabeza, y no lo desaprovechó para cruzar como primero la bandera a cuadros.
El asturiano ha ganado en sus primeras comparecencias en Le Mans, algo que no sucedía desde que en 1928 y 1929, el británico Woolf Barnato ganara la sexta y séptima edición de esta legendaria carrera al volante de un Bentley. Y, sobre todo, ha recuperado el sabor de conquistar un título 13 años después con la sensación de que es uno de los mejores en cualquier disciplina con un tiempo de adaptación récord.
FOTO: TOYOTA