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Es un tema comprometido, lo sé desde que encendí el ordenador y desde que he decidido buscar datos y números sobre los que apoyar la idea de este artículo de opinión. Llevo semanas, quizá meses, dándole forma en mi cabeza.
Canarias disfruta de un envidiable mapa con diversas instalaciones deportivas. Desde el fútbol y el baloncesto –con verdaderas instalaciones para profesionales- pasando por el pádel -tan de moda- o las diversas canchas e instalaciones que, de orden público, permiten a los usuarios ejercer su práctica deportiva o, en su defecto, el deporte que les apasiona. En la mayoría de casos su uso viene precedido por una módica cuota diaria, mensual, anual… Pero, en este sentido, ¿en qué lugar queda el automovilismo?
Sí. El deporte de las cuatro ruedas, a pesar de los éxitos y repercusión que ha traído para las islas, no cuenta con unas instalaciones públicas. Y no hablo de un súper circuito y sus gigantescas instalaciones, algo en lo que el sector político se apoyó para ganar votos de aquí y de allá. Me voy a la base. Una pista de karting ayudaría a los jóvenes que quieren iniciarse en este deporte. Ellos persiguen los éxitos de su vecino más cercano que, hasta no hace mucho, era campeón de España. No podemos tener a un Fernando Alonso cuando a la calidad innata se le corta, de raíz, el camino que pretende seguir. Un buen número de deportes, principalmente de ‘pelota’, gozan de escenarios donde los más pequeños pueden desarrollar sus habilidades. Este no es el caso del automovilismo.
Y es una lástima. Campeones de España en todas las categorías, desde el karting hasta la carretera, no han sido razón suficiente. Las alas han quedado cortadas y la cantera canaria se queda sin continuidad, lo que no sucede en otras comunidades autónomas.
‘Nosotros “jugamos” al automovilismo’ es también un artículo de opinión que trata de ofrecer una visión de cómo un deporte, tan arraigado como el automovilismo en todas sus variantes, queda discriminado en lo que al reparto de presupuestos se trata.
En este sentido hay que nombrar dos súper instalaciones. Por un lado el Estadio de Gran Canaria, un recinto ya centrado exclusivamente en el mundo futbolero tras la eliminación de las pistas de atletismo. Sigue siendo un saco sin fondo en lo que a destino de presupuestos y lavado de cara se trata. Otro espacio es el Gran Canaria Arena. Ambos lugares, separados por apenas unos metros, se llevan el grueso monetario. Ahora bien, podemos entrar en el debate de si el baloncesto es, o no, el segundo deporte en importancia en nuestra región, dando por hecho que el fútbol sí lo es. Un agravio comparativo, con el automovilismo al fondo, fuera de toda duda.
En los presupuestos de 2016, por ejemplo, el Cabildo de Gran Canaria -en su demarcación deportiva- concede 220.000 € para el Rallye Islas Canarias ‘El Corte Inglés’, 60.000 € para la Federación de Automovilismo de Las Palmas -42.500 € en los años anteriores- y 12.000 € -25.000 € en 2015- para el joven Gran Canaria Historic Rallye. Y paren de contar.
Comparativamente, las inversiones que se realizarán en el Estadio de Gran Canaria durante 2016 ascienden a 537.000 €, mientras que en el Gran Canaria Arena rondan los 2.000.000 de euros, siempre siguiendo el documento hecho público por el Cabildo de Gran Canaria. Dos instalaciones, por tanto, que requieren de todo tipo de atenciones a pesar de su modernidad. No digo que no estén justificadas, pero si lo comparamos con el dinero destinado al automovilismo éste resulta irrisorio.
Otro ejemplo comparativo. La Federación de Automovilismo de Las Palmas ha pasado a recibir 60.000 € como ayuda a la gestión, mientras que la de Lucha Canaria recibe 104.000 €, por los 48.000 € de la de Vela Latina y los 9.800 € de la de Ajedrez. Deportes autóctonos en algunos de los casos pero minoritarios si tenemos en cuenta el seguimiento que tiene el automovilismo en la isla. A esto se une el presupuesto, de 2.500.000 de euros, destinado al convenio FEB ‘Gran Canaria 2018’. Un deporte, el de la canasta, que con motivo de la Copa del Rey se llevó 335.000 y 535.000 € entre 2014 y 2015. Cantidades que no dudo que puedan estar justificadas, pero el agravio comparativo con el automovilismo sigue estando presente en todo momento.
En definitiva, y cuando ya el grueso de todas las modalidades deportivas cuentan con sus respectivas instalaciones públicas, el automovilismo en general sigue buscándose la vida para realizar la práctica de un deporte que, en su logística, llega cargada de dificultades.
Otros gastos varios para 2016
· Reparación y rehabilitación de canchas en Gáldar: 165.108 €.
· Mejora de instalaciones deportivas y Oficina de Atención al Público en Guía: 100.000 €.
· Reparación y acondicionamiento de canchas en Moya: 60.000 €.
· Cancha de pádel en Firgas: 60.000 €.
· Gimnasio de Halterofilia en Arucas: 100.000 €.
· Reparaciones varias de Edificio Deportivo Escuela de Vela en Las Palmas de Gran Canaria: 148.000 €.
· Rehabilitación Pavimento Pistas de Tenis Club de Gran Canaria: 70.000 €.
· Pavimentación y cerramiento de cancha en Teror: 70.000 €.
· Cancha de pádel en Valleseco: 60.000 €.
· Rehabilitación Complejo Municipal de Deportes de Santa Brígida: 100.000 €.
· Mejora de instalaciones deportivas en San Mateo: 70.000 €.
· Zona deportiva de pádel y arreglo de vestuarios en Tejeda: 30.000 €.
· Reparación y acondicionamiento de instalaciones en La Aldea: 40.000 €.
· Mejoras y sustitución del césped artificial del Campo de Fútbol 7 Pablo Hernández (Telde): 128.000 €.
· Cancha cubierta El Sequero (Ingenio): 306.000 €.
· Local Social Campos de Fútbol de Agüimes: 50.000 €.
· Distintas obras en San Bartolomé de Tirajana: 500.000 €.
· Equipamiento piscinas municipales de Mogán: 60.000 €.
Nota 1: Estas cifras, redondeadas en algún caso para un mejor entendimiento por parte del lector, son asumidas al cien por cien por el Cabildo de Gran Canaria.
Nota 2: Ha sido fácil encontrar esta información gracias a los soportes digitales que ofrece el Cabildo de Gran Canaria. No fue posible hacer lo mismo respecto a la otra isla capitalina, lo que hubiese sido ideal como comparativa.
