Para encontrar un favorito al título canario hay que tirar de números. Miguel Fuster y Enrique Cruz desembarcarán en Lanzarote con tres victorias cada uno, siendo además los más rápidos de la temporada, como así lo demuestra la tabla de scratch. ¿Lo mejor? La temporada 2013 ya nos dejó un episodio con un duelo directo entre ambos. Es, sin duda, la mejor forma de calibrar sus fuerzas de cara al fin de semana.
Cierto. Algunas cosas han cambiado desde entonces. Para Cruz era la primera temporada en rallyes con el Porsche y, a ojos de todos, ha sido en 2015 cuando ha terminado de explotar todo su potencial. A favor de Fuster encontramos dos detalles a tener en cuenta: ya conoce el suelo conejero y, como valor añadido, dispone de un Porsche 2010. Este conglomerado, creemos, que sigue nivelando las fuerzas, lo que genera un indudable atractivo.
En el ‘Isla de Lanzarote’ 2013 Miguel Fuster llegaba jugándose el título canario con Fernando Capdevila (Ford Focus WRC), lo que era motivo suficiente para que el de Auto-Laca Competición imprimiese un buen ritmo de carrera. A pesar de ello, y en la comparativa directa con Cruz, era el tinerfeño el que comenzaba mandando, imponiéndose a Miguel en las dos pasadas por ‘Tabayesco-Las Nieves’. Al invertir el tramo era el valenciano el que vencía en dos ocasiones al de DISA-Copi Sport. A la postre, la prueba concluyó con seis scratch para Fuster y cuatro para Cruz, siempre hablando de la comparativa entre ambos.
La diferencia final entre Fuster y Cruz fue de apenas tres segundos. Pero, al último tramo espectáculo llegaban apenas separados por ¡medio segundo! ¿Se imaginan un final así en 2015? Miguel ganó la última especial y endosó 2,5 segundos más a Enrique. El campeón de España, desde la salida, había visto como Capdevila calaba el motor del Focus WRC y salió a por todas, ya que aún le quedaba un resquicio para ser campeón.
Es por tanto un precedente que sirve para elevar la temperatura de un final del Autonómico tremendamente emocionante. Los protagonistas tienen ahora la oportunidad de repetir, para regocijo de los espectadores, un desenlace que pasará a la historia.