El fallecimiento de Henri Toivonen y Sergio Cresto, hace ahora treinta años, marcó un antes y un después en el automovilismo de carretera. Unas semanas antes en Portugal, el abarrotado bucle de Sintra ya había dado un aviso y, en 1985, la muerte de Attilio Bettega parecía ser una premonición.
El 2 de mayo de 1985 el italiano se salía de la carretera en el cuarto tramo de la primera etapa cuando iba, créanlo, cuarto en la clasificación general. En los primeros compases de la especial ‘Zerubia-Santa Giulia’, de 30,6 km, su Lancia Rally 037 impactaba violentamente contra un árbol. El italiano fallecía al instante. Quédense con esa especial, porque es ahí donde empiezan las coincidencias.
Este artículo habla sobre ese número cuatro, un dígito que durante un tiempo fue borrado del ‘Tour de Corse’. El italiano perdía la vida en esa cuarta especial portando el número cuatro en su máquina y cuando iba cuarto de la general. Prácticamente un año después, concretamente el 1 de mayo de 1986, Henri Toivonen y Sergio Cresto disputaban la primera etapa de la cita corsa que, prácticamente, calcaba los tramos de la edición anterior. Curiosamente, los del Lancia Delta S4 se colocaban como líderes en la cuarta especial, sí, ‘Zerubia-Santa Giulia’, donde un año antes había perdido la vida su compañero de equipo. Cuarto tramo, mismo escenario… ¿Una coincidencia fatal? Anteriormente, Toivonen-Cresto fueron cuartos en la primera y segunda especial que abría el rallye. Ganaron la tercera y la cuarta.
Hasta ahora todos nos habíamos fijado en algo obvio: el número cuatro en las puertas, los colores de Lancia y Martini, el Tour de Corse, el 2 de mayo… Pero, lo cierto, es que el dígito se repite en sus más variadas formas. Esa primera jornada supone para Toivonen-Cresto un sólido liderato tras haber ganado ocho especiales, marchándose a la cama ¡después de cuatro horas y media cronometradas!
La segunda jornada llegaba exactamente 12 meses después de la fatídica pérdida de Bettega. Toivonen y Cresto marchaban a un ritmo endemoniado y, tras la especial 17, acumulaban cuatro tramos ganados en esa jornada. Sí, cuatro. Pero el tramo 18, ‘Corte-Taverna’, iba a ser el último para ellos. A la altura del kilómetro siete, y sobre la carretera D18, pasaron de estrellas y potenciales campeones del mundo a convertirse en mitos.
Pero hay más. Ese número cuatro seguía enviando mensajes. A la conclusión del Tour de Corse el liderato en el mundial era en esos momentos para Kankkunen (Peugeot), seguido de Alen (Lancia) y Saby (Peugeot). ¿Saben quién era el cuarto clasificado? Sí, Henri Toivonen que, a esas alturas de la temporada, compartía la posición con Moutinho y Waldegaard.
Si bien el haber dejado de usar el número cuatro tenía su razón de ser, también es cierto, como se aprecia en este círculo, que era algo que iba más allá de la simple ubicación en la lista de inscritos. Una serie de coincidencias que, por desgracia, comparten dos de los iconos que el mundial de rallyes se ha dejado por el camino.