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Salou y Tarragona volverán a acoger, en su totalidad, el cuartel general del Rallye España-Cataluña 2017. Barcelona, que hace unos pocos años ya había puesto el grito en el cielo en temas referentes al Circuito de Montmeló, no ve con buenos ojos el operativo de la prueba en la capital. Ni repercusión internacional ni la visita de miles de aficionados parecen suficientes.
En esta edición no tendrá lugar el tramo especial que se ha vivido los tres últimos años en el casco urbano de la ciudad de Barcelona. Esta decisión tomada por el consistorio barcelonés atiende las demandas del distrito de Sants-Montjuïc.
En la que será 53 edición, el RACC efectuará de nuevo un gran esfuerzo organizativo y financiero para poner en marcha uno de los mejores rallyes del actual WRC. El presidente del RACC, Josep Mateu, es en este punto muy claro: "El Campeonato del Mundo es la máxima expresión del automovilismo de carretera y exige por parte del RACC establecer un operativo colosal, que seguirá a su gran nivel esta temporada". Después de cinco años de colaboración de la Ciudad Condal, dos como punto de salida y otros tres como sede de una súper especial en Montjuïc, el de 2017 no estará en Barcelona.
"La llegada de ayudas institucionales o de patrocinadores debe apoyarse necesariamente en la máxima repercusión posible y este año nos hemos quedado sin el gran impacto mundial que significa una prueba especial en el centro de Barcelona. El montaje y desmontaje del tramo exige un gran esfuerzo por parte del RACC que con la máxima excelencia y en 24 horas, respetando el día a día de los vecinos, siempre ha realizado una magnífica prueba cronometrada, segura, espectacular y alabada por todos, además de ser una prueba multitudinariamente seguida, en directo y por millones de personas a través de televisión. La negativa del Ayuntamiento de Barcelona a que este año vuelva a celebrarse el tramo de Montjuïc afecta a la repercusión e imagen mundial del rallye, de la ciudad y del país".
