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La historia de Esapekka Lappi es la de un piloto que, con talento y ganas, ha cumplido un sueño. Su nombre aparecerá en los libros de historia del WRC, al ganar hace tan sólo un día el rally mundialista de su país. Pero para llegar a este punto, ha tenido que trabajar en una trayectoria impoluta.
Apenas cinco años después de su debut se coronó campeón nacional en Finlandia, a bordo de un Ford Fiesta S2000 con el que venció en todas las pruebas que componían el campeonato ese año. Ese mismo año, le llega la oportunidad de participar en un rally con el equipo oficial de Skoda en el Rally de Polonia, que por aquel entonces puntuaba para el ERC, ganando el rally.
En 2013 participa en pruebas sueltas del WRC2, del ERC y al completo en el Campeonato Asia-Pacífico, todas con el Skoda Fabia S2000. En el Mundial venció en Portugal, aunque no puntuó en Monte-Carlo y Finlandia. En el ERC participó también en tres pruebas, primero en el Barum Rally, que abandonó y luego en el Rally de Sanremo y en Valais. En estas dos, lograba un segundo puesto y una victoria, midiéndose a rivales de la talla de Giandomenico Basso o Craig Breen entre otros. En Asia, terminaba segundo, tras lograr tres victorias y abandonar en otras tres ocasiones.
Su primer título internacional llega en 2014, al coronarse campeón del European Rally Championship. Haciendo equipo con Sepp Wiegand en Skoda, y luchando con otro equipo oficial como Peugeot, el finlandés lograba el título a falta de un rally, ya que su compañero y único que podía privarlo del campeonato, no participaba en la última prueba.
Sus años de mundialista y el despegue final.
Su relación con Skoda se alargó dos años más, con el objetivo del título de WRC2. En 2015 no lo lograron, aunque Lappi obtuvo dos victorias. Sin embargo, en 2016 el joven piloto realizaba una temporada de ensueño. En sus seis participaciones puntuables, lograba cuatro victorias y dos terceros puestos. Sus rivales fueron dos pilotos oficiales de M-Sport actualmente, Elfyn Evans y Teemu Suninen.
Su fichaje por Toyota, que regresaba al Mundial, era su oportunidad para ascender de categoría. No la desaprovechó, aunque la retirada de Volkswagen provocaba que el que iba a ser su asiento fuera ocupado por Jari-Matti Latvala, teniendo que esperar a que el equipo tuviera lista una tercera unidad del Yaris WRC para debutar.
En su primer rally, en Portugal, terminó décimo, cuajando un rally bastante sólido ante rivales que llevaban cinco meses compitiendo con esos coches. El Cerdeña sorprendía al quedarse a las puertas del podio, superando a todo un cuatro veces campeón del mundo como Ogier. Sin embargo, en Polonia disputó sólo cuatro tramos, al sufrir un accidente y abandonar, sería una valiosa lección. Y hace apenas un día conseguía su primera victoria absoluta, rodando durante dos días al máximo para luchar con su compañero Latvala y conservando en el último momento cuando la ventaja era suficiente para no asumir riesgos.
Ahora le queda el paso más difícil, mantener el ritmo con el que ha rodado en Finlandia para lograr el ansiado título de Campeón del Mundo, entorchado que se le resiste a los pilotos nórdicos desde que Marcus Grönholm lo lograra en 2002.
