José María Ponce se ha enfrentado a una temporada diferente. Después de un año de transición como fue el de 2016, el campeón de España arrancó el presente curso con un SEAT León Supercopa que hizo de puente hasta la llegada del SEAT JTR 600. Este vehículo, con un potencial innegable, le ha mostrado la puerta hacia nuevos éxitos pero, la fiabilidad, no le deja llegar a ella.
El inicio de temporada no fue del todo malo, gracias principalmente a la victoria lograda en el Rallysprint de Artenara. Fue con el Supercopa que le había hecho abandonar en el Rallye Villa de Santa Brígida unas semanas antes.
En el ‘Islas Canarias’ se produjo el debut del 600, a la postre, finalizando con la única meta que José María Ponce ha materializado en rallyes con este coche. A partir de ahí han llegado cuatro abandonos más en esta especialidad, para totalizar nada menos que seis en el global de su temporada, cinco en rallyes y uno en montaña.
Con esas cifras, el grancanario ha experimentado una de sus temporadas más complicadas al respecto. Habría que viajar a 1986 y a 1988 para encontrar unas cifras similares que, por otro lado, eran compensadas con un mayor volumen de carreras.
En 1986, Ponce abandonó en rallyes como los de El Corte Inglés, Ciudad de Telde, Isla Tenerife y La Palma, además de hacerlo en el Valeo y en el Criterium de Viladrau en tierras peninsulares. En 1988, causó baja también en citas como El Corte Inglés e Islas Canarias, ambas en asfalto, además de en el Rallysprint Gran Canaria, en el Vinho de Madeira y en el sexto Camel Off-Road celebrado en Tenerife.
En cualquier caso, José María Ponce es optimista. Los tiempos logrados en el Rallye Villa de Teror con el SEAT JTR 600 le hacen albergar esperanzas de cara a la próxima temporada, una vez lograda la fiabilidad de este ‘proto’ que tanta admiración ha causado.