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Gracias a la colección ‘Grandes coches de rally’ firmada por Altaya, los aficionados al mundo de los rallyes están de enhorabuena. Son ya una cantidad importante las recreaciones que han jugado un papel fundamental que, a escala 1:18, ya muchos tenemos en casa. La última no lo es menos.
En 2003, Petter Solberg se jugaba el título de campeón del mundo contra pilotos de la talla de Sebastien Loeb y Carlos Sainz, entre otros. A la postre lo consiguió y es, a día de hoy, el último no francés que ha sido campeón del mundo. Pero antes debió superar un Tour de Corse que, de algún modo, marcó su carácter en el mundial de rallyes.
Aquella temporada, el mítico rallye francés era uno de los últimos del año, por lo que la incidencia de sus puntos iba a resultar clave. Lo que nadie esperaba era lo que sucedió en el shakedown. El Subaru Impreza WRC S9 con el número 7 se salía de la carretera y dañaba considerablemente su estructura. La cara de Solberg era un poema y, la de sus mecánicos, también. El equipo técnico trabajó a destajo para recomponer la unidad, que debía estar lista a primera hora de la mañana del día siguiente.
El primer día no era muy alentador. La primera etapa concluía con el piloto de Prodrive en la octava plaza a 43,8 segundos de Loeb, líder de la prueba. El primer líder había sido Carlos Sainz, que logró el único scratch que sumó en todo el fin de semana.
Al día siguiente la meteorología estaba siendo complicada y eso llevó al error a algunos pilotos, entre ellos a Loeb. Ganando algunos tramos de la segunda jornada, Solberg aprovechó para auparse a un sorprendente liderato en los compases finales de la etapa. Estaba en cabeza con 17,9 segundos de ventaja sobre Duval y 22,4 sobre Sainz, que seguía haciendo de la regularidad su punto fuerte.
El último día estuvo dominado por Loeb, pero Solberg no se quedó atrás. Acabó ganando un épico Tour de Corse con más de medio minuto de ventaja sobre Sainz, que había superado al belga de Ford. En Prodrive no se lo podían creer. Un par de días antes se llevaban las manos a la cabeza y, a la postre, fueron una parte importante del éxito cuando vieron subir a lo más alto del podio al Subaru Impreza WRC con el número 7.
Loeb fue el que más tramos ganó de aquella edición, con un total de cinco scratch. El tramo más largo de esta edición, ‘Col de Carazzi-Bastelica’, fue en una pasada para Gilles Panizzi y en otra para Petter Solberg, ambos invirtiendo más de 27 minutos en recorrerlo. El más rápido de todos fue el de ‘Golfe de la Liscia-Sarrola Carcopino’, donde Markko Martin voló a 98,06 km/h de media al volante de su Ford Focus WRC.
Clasificación Rallye Tour de Corse 2003
1. Solberg-Mills (Subaru Impreza S9), 4h20:15.3
2. Sainz-Martí (Citroën Xsara WRC), a 36.6
3. Duval-Prevot (Ford Focus WRC), a 41.7
El modelo
La presencia de este Subaru Impreza WRC 2003 en escala 1:18 es absolutamente imponente. Quizá por ese color azul característico de los Subaru del mundial de rallyes, por ese amarillo fluorescente que viste su carrocería, o por lo bien logrado que están los detalles de esta pieza de la colección ‘Grandes coches de rally’ de Altaya.
La carrocería está muy bien definida. Las aletas delanteras y traseras, ambas ensanchadas, guardan las proporciones correctas. Otros elementos característicos de este world rallye car, como el paragolpes anterior, el generoso alerón posterior o sus característicos retrovisores, también están muy bien reproducidos. Lo mismo sucede con las llantas en color dorado y los grupos ópticos.
En cuanto a la decoración, cuenta con todo lo que Solberg y Mills llevaron a la victoria en Córcega. La imagen de Subaru como elemento principal se combinaba con la presencia de otros socios técnicos, como Motul, Pirelli, Piaa, Robin, Kenwood… En cuanto a los referentes al Tour de Corse de 2003, aún se empleaban los números de grandes dimensiones. En este sentido, los de las puertas y techo incorporaban la publicidad de PlayStation2, mientras que la placa del capó reflejaba el año y la región.
El Subaru Impreza WRC 2003 en escala 1:18 mide 245 mm de largo, 102 mm de ancho incluyendo los retrovisores y 72 mm de alto sin contar las antenas.
Más información sobre la colección ‘Grandes coches de rally’ de Altaya pinchando aquí.
