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Capdevila: "Trabajo, trabajo y trabajo"

ENTREVISTAS  |  MotorADiario  |  11 noviembre 2016 16:06

La temporada 1991 supuso un antes y un después para el automovilismo canario. En ese orden, hay un rallye que emerge por encima del resto: el España-Cataluña. Fue el primer capítulo de nuestro país en el WRC y, como referencia del automovilismo nacional, los pilotos de las islas no faltaron a la cita.

 

Fernando Capdevila acudía porque tenía esta fecha incluida en su programa, José María Ponce porque batallaba por el nacional de asfalto y, un joven Luis Monzón porque llegaba con todas las ganas de comerse el mundo. El lanzaroteño Javier Ciprés, también presente, fue el único de los cuatro que no pudo llegar a la meta.

 

Capdevila fue octavo y primero de Grupo N, Ponce cerró el top ten y se proclamó campeón nacional, mientras que Monzón, séptimo, logró la que hoy sigue siendo mejor clasificación absoluta de un canario en el mundial de rallyes.

 

Para no perder el hilo de la serie de entrevistas que hemos mantenido con Fernando Capdevila, abordamos hoy el ‘España-Cataluña’ de 1991, una de las páginas más brillantes en la amplia historia del piloto tinerfeño. Al fin, una victoria. Nos la cuenta su protagonista.

 

· Hasta el debut de una prueba española en el WRC las cosas no marcharon como querías, ¿cómo se preparaba una prueba que en el archipiélago había despertado tanta expectación?

FC: Evidentemente la prueba de ‘casa’ despertaba una expectación inusitada entre los aficionados, pero no por ello íbamos a prepararla de distinta manera. Entrenamientos exhaustivos y máxima preocupación por el coche para que todo estuviera a punto era nuestra prioridad, además de poner una velita a la Virgen para que nos diera un poco de suerte. Era un rally cuyo resultado significaba la vida o la muerte para nosotros de cara a cumplir objetivos.

 

· Era una cita que conocías de su etapa en el europeo y, como en Portugal o Sanremo, contaba con un trazado mixto, ¿esta vez sí que la experiencia jugaba a tu favor?

 

FC: Efectivamente, en Cataluña teníamos más conocimiento de algunos tramos que en el resto de los rallyes del mundial, que eran totalmente nuevos para nosotros. Aquí habíamos participado anteriormente con el M3 aunque eso no nos servía de mucho, ya que mis notas habían evolucionado y tenía que tomarlas todas de nuevo. El hecho de que fuera mixto también nos favorecía, ya que mi experiencia en los dos terrenos podría ser una gran ventaja frente a nuestros competidores. No olvides que mientras participaba en los rallyes del mundial ganaba todas las pruebas de la temporada en el Campeonato de Rallyes secretos Camel Off Road de Canarias, con el MG Metro 6R4.

 

· Aquel fue el debut de España en el mundial de rallyes y también el desembarco en masa de los canarios en el WRC. A la postre tres acabaron en el top ten, ¿cómo recuerdas aquellas semanas?

 

FC: España se vestía de gala para hacer su debut en el mundial con el Rally de Cataluña, y por diferentes motivos nos encontramos los tres canarios de moda en aquella época. Luis Monzón con sus experimentos, José Mari porque el rally también puntuaba para el campeonato de España donde se la jugaba con Trelles, y nosotros por estar en nuestro programa y ser decisiva para el mundial.

 

Los entrenamientos fueron más entretenidos de lo habitual, ya que tanto durante el día como al parar a descansar por las noches, había un montón de seguidores y amigos en los hoteles o restaurantes donde nos reuníamos.

 

Finalmente, como bien dices, todos quedamos bien clasificados –no sin pasar apuros- y quedamos contentos del resultado.

 

· Tu rallye no fue fácil; dominabas tú, dominaba Menem y luego otra vez tú. En ocasiones la mecánica y en otras la fortaleza de un rival muy fogoso propiciaron una lucha que no se decidió hasta poco del final. Tarde o temprano tenía que llegar aquel triunfo en Grupo N…

 

FC: Sí. Me puse líder desde la tercera especial, pero luego llegando al final del tramo de Sant Hilari, al evitar a un espectador entre un tubo humano, dañé el frontal y perdí algo de tiempo. Luego el coche se paró sin motivo pero arrancó de nuevo y pudimos terminar la primera etapa, eso sí a 22 segundos de Carlos Menem que iba muy fuerte, y cuyo Sierra MLP era el más rápido en el asfalto. De hecho, tras la segunda etapa, aumentó su ventaja hasta un minuto y diez segundos. Había que esperar a las jornadas de tierra del tercer y cuarto día para atacar.

 

· Tuvo que ser un rallye duro, primero con una etapa en asfalto y a partir de ahí unos exigentes tramos sobre tierra. ¿Dónde creíste que podías perder la oportunidad de ganar y cuándo fuiste consciente de que ya estaba todo hecho?

 

FC: En el asfalto Menem era inalcanzable, por lo tanto habría que jugársela en la tierra. Era una lucha a muerte ya que la ausencia de De Mevius nos brindaba pelear por una victoria que era necesaria para los dos equipos en nuestras aspiraciones.

 

Nada más comenzar la tercera etapa le recuperé a Menem hasta ponerme a 28 segundos, pero luego vino lo peor: otra vez la rotura de la caja de cambios, un mal tiempo en el tramo y ¡¡penalización de 9 minutos!! El rally estaba ‘casi’ sentenciado.

 

Estábamos abatidos, pero como siempre se dice, hasta que no veas la bandera de cuadros hay posibilidades, y quedaba el cuarto día. Primero Carlitos pinchó, y aún teniendo una clara ventaja atacó muy fuerte de forma inexplicable, hasta cometer un error y darse un golpe con un árbol. Ahí fue cuando lo vi más claro, ya que pasaba a estar nueve minutos por detrás nuestro siendo ya tercero José Mari a casi 15 minutos. Solo había que conservar la mecánica y llegar a meta.

 

· Una tensa etapa final que desembocó en un inolvidable podio ubicado en Lloret de Mar. ¿Podría ser esa la imagen que resume tu trayectoria deportiva?

 

FC: Te puedes imaginar cómo fueron los últimos tramos. Viendo fantasmas y oyendo ruidos raros por todos lados. Finalmente llegó el pódium, la emoción, la alegría, el himno canario, el orgullo de ser el primer vencedor de una prueba del mundial de Gr. N y luego el relax por el trabajo bien hecho. Si no ‘la imagen’ de mi carrera, sí una de las más importantes y significativas; sobre el Sierra verde y con la bandera de Canarias Racing en el podio, rodeado de cientos de aficionados canarios.

 

· Después de una serie de resultados con altibajos, la victoria en Cataluña se traducía en algo por lo que, a la postre, estabas compitiendo. Esos puntos fueron clave para llegar al R.A.C. con opciones al título. A pesar de todo lo sufrido, la pareja Capdevila-Rodríguez llegaba con vida al último ‘round’ del año…

 

FC: Negativo… Si haces memoria, en la pasada entrevista del Sanremo te adelanté una jugada estratégica por parte de Gregoire de Mevius. Según salimos de Italia, descubrimos que se había inscrito en el Costa de Marfil utilizando uno de los muletos de entrenamiento del equipo oficial Mazda, ya que nuestros coches no llegaban por tiempo, y esto fue suficiente para proclamarse Campeón del Mundo dejándonos a todos con cara de tontos. De hecho también se inscribió en el Cataluña por si acaso le salía mal la jugada, pero no le hizo falta tomar la salida al saberse ya campeón.

 

Eso nos dejaba a Menem y a nosotros con las espadas en todo lo alto de cara al R.A.C. de Inglaterra, pero en la lucha por el subcampeonato.

 

· Volviendo al Paseo Marítimo de Lloret de Mar, fuiste actor principal en el mejor resultado global del automovilismo canario en el WRC; Monzón séptimo, tú octavo y primero de Grupo N y Ponce décimo como nuevo Campeón de España. ¿En ese momento ustedes eran conscientes de lo que habían logrado?

 

FC: La alegría por mi parte era inmensa, un triunfo en casa delante de nuestra afición y dejando claro lo que sabíamos desde el principio, que éramos capaces de ganar a los mejores en igualdad de condiciones. Pero aún no habíamos terminado la faena, y nos quedaba una terrible lucha para sentenciar el éxito en un terreno muy complicado, el R.A.C. de Inglaterra, donde cualquier error te dejaba fuera de carrera y en ese caso podían volver las sombras, para desgracia nuestra, y regocijo de nuestros detractores que seguían empeñados en torpedear el proyecto más bonito de nuestra historia automovilística, con el único argumento de sus propios y oscuros intereses.

 

· Se tocó techo a la primera de cambio y no se ha vuelto a repetir… ¿Tendrías una respuesta para ello?

 

FC: Hay muchas y diferentes opiniones al respecto, todas respetables, y por supuesto yo tengo la mía. No éramos ni mejores ni peores pilotos que los que hay ahora en las islas, y si bien es cierto que fue una época dorada en cuanto a los patrocinios, no es menos cierto que los mismos que los conseguíamos entonces, somos los que seguimos consiguiéndolos ahora, 30 años después.

 

Eso quiere decir que además de tener manos, es necesario tener algo más: ambición, determinación y capacidad de sacrificio. Desde mi punto de vista, tanto Luis como yo que éramos pilotos privados –no era el caso de José Mari-, éramos de otra raza, incansables tanto en la pista como en la búsqueda de patrocinadores, y obsesivos en nuestro afán de derrumbar muros para poder llegar lo más lejos posible. De hecho sigo manteniendo el equipo, sigo buscando los presupuestos, y sigo inventando fórmulas y estrategias para que los patrocinadores inviertan en el motor y para que los chicos que destacan hoy en día en Canarias puedan correr.

 

¿Por qué lo conseguía hace 30 años, lo consigo ahora y otros no? La respuesta ya te la he dado. Trabajo, trabajo y trabajo.

 

· Después de quitarnos un peso de encima con esta victoria nos emplazamos para dentro de un par de semanas. Nos espera la historia del R.A.C., donde se terminó de completar uno de los años más importantes para el automovilismo insular. Hasta entonces, Fernando.

 

FC: Querrás decir ‘el año’ más importante para el automovilismo canario, pero eso es otra historia. Lo cierto es que desde Lloret nos fuimos directamente para Inglaterra para entrenar el rally más difícil que he corrido en mi vida.

 

Javier Viera

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