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WRC 1991: un piloto canario en el mundial

ENTREVISTAS  |  MotorADiario  |  30 marzo 2016 11:07

En marzo de 2016 se cumple el 25 aniversario del debut de Fernando Capdevila en el Campeonato del Mundo. El Rallye de Portugal, que se celebró entre el 5 y el 9 de marzo del tercer mes de aquel año, supuso un antes y un después para el automovilismo insular. En términos absolutos la victoria fue para Carlos Sainz pero, para los canarios, arrancaba una etapa de éxitos sin precedentes.

 

El tinerfeño, que empleaba un Ford Sierra Cosworth y estaba acompañado a la derecha por Alfredo Rodríguez, recuerda en MotorADiario.com esa primera muesca en el campeonato del mundo. En esta entrevista, Fernando nos pone en situación; cómo surgió la idea, la elección del coche y la experiencia en Portugal. Es el primer capítulo de la temporada, y es que la idea original pasa por recordar, cada episodio de aquel año, exactamente 25 años después. Disfrútenla.

 

· ¿Cómo y cuándo le diste forma a la idea de competir en el mundial de rallyes?

 

FC: Todo piloto con aspiraciones busca siempre un escalón superior. Yo había dado siempre preferencia al Campeonato de España antes que a competir en Canarias. Ya había hecho en las islas y en península tanto asfalto como tierra completando así mi formación. Venía de hacer el París-Dakar y la lógica me llevaba a intentar llegar a lo más alto: el Campeonato del Mundo de Rallyes… ¿Por qué no?

 

Me lancé a buscar el presupuesto y convencí a la Consejería de Turismo y a TourEspaña de que podíamos hacerlo. Fue un orgullo llevar el nombre de Canarias por todo el mundo con un precioso programa de marketing paralelo que me daba más trabajo que el propio rallye, pero… ¡¡sarna con gusto no pica!!

 

· Te decidiste por un Ford Sierra Cosworth, aunque no con el mejor preparador detrás. ¿Condicionó esto tu primer año en el mundial?

 

FC: Totalmente. Lo del Sierra Cosworth era lo más adecuado para mi presupuesto. Además acababa de constituirse Archiauto y lo más correcto era utilizar la marca que iba a representar a nivel comercial en el futuro, pero por encima de eso es que era el coche a batir en Grupo N en ese momento.

 

La elección del preparador no fue la correcta. Nelson Engines me daba soporte en los rallyes con el Metro 6R4 y lo hacía a la perfección. Deduje que lo debían hacer igual en el mundial, pero pagamos su inexperiencia en el conocimiento técnico y logístico que había que tener para un programa de tal envergadura. Lo condicionó ya que las roturas continuas de la caja de cambios impidieron que ganara el campeonato, siendo el más regular del mismo.

 

· Es en enero de aquella temporada cuando presentas, en tierras peninsulares, tu programa deportivo. Iniciabas allí un capítulo ambicioso, pero imagino que con las lógicas dudas de alguien que explora un terreno desconocido…

 

FC: Tan ambicioso como ilusionante, y rodeado de un gran equipo de apasionados de nuestro deporte. Yo confiaba en mí mismo y sabía que tenía condiciones suficientes para hacerlo dignamente. No temía por mi conducción sino por el desconocimiento de cómo hacer las cosas en la preparación de las carreras, la logística, los entrenos y el vehículo.

 

· Y llegó Portugal, escenario de tu debut. Además, Carlos Sainz se había proclamado campeón del mundo unos pocos meses antes. Cómo se sentía un tinerfeño como tú, en esas latitudes y en un país que vivía su prueba de una manera intensa, y es que cabe destacar que era el debut de un canario en la máxima especialidad del automovilismo deportivo.

 

FC: Fue apasionante, y como bien dices era la primera vez que un piloto canario, y de los primeros españoles, en participar en un mundial. No al completo, pero sí con posibilidades de hacer un programa extenso y poder optar a lo más alto. Un millón de cosas. Toda la preparación del equipo, coches, ropa etc.

 

Como siempre, llegamos trabajando hasta el último minuto en pequeños detalles y otros no tan pequeños. Todo se hizo por teléfono, el coche ni lo había visto y pasó lo que no te puedes imaginar. Nunca olvidaré esta frase del preparador cuando embarcó en Southampton: “El coche está listo. Sólo tienes que estar seguro de poderlo conducir…” Y le dije: “¿a qué viene eso?” El respondió: “Hombre, lo de conducir con el volante a la derecha”.

 

Increíble. Habíamos definido hasta el grado de caída o convergencia de la dirección, los compuestos de neumáticos o el color de cada tipo de espirales... Pero ni a mí se me había ocurrido que el volante pudiera venir en el lado ‘británico’. ¡Ni a él comentármelo! Le dije: “Da la vuelta y vete a casa. Ni corro ni te pago”.

 

Para no aburriros más, te diré que se trajo todo por avión y trabajaron diez personas durante 48 horas en el sótano del Hotel de Estoril para cambiar paneles del chasis, pasar dirección, pedalier, mandos, cuadro, etc, al lado izquierdo. Y a verificaciones sin dormir.

 

· Exactamente 25 años después, ¿qué te viene a la mente sobre tus primeros escarceos en tierras lusas?

 

FC: Los entrenos fueron intensos. Nada que ver con los actuales. Ocho horas diarias durante dos semanas y de norte a sur, con muletos y asistencia. Los previos a la salida fueron una locura pero yo flotaba a medio metro del suelo. Se desplazaron muchos amigos y aficionados desde las islas y nuestro color verde era el que más destacaba en Estoril.

 

· Con todo un escenario nuevo para ti, y con un tipo de rallye que por aquel entonces era muy exigente, ya acabar y empezar sumando puntos era un logro…

FC: Qué va. Los puntos no reflejaron la realidad. Hicimos una gran carrera, con buenos tiempos, pero sobre todo disfrutando de un espectacular rallye, pasando por los míticos tramos de Arganil, Fafe y Lameirinha.

 

En Arganil había muchos miles de espectadores. Llegando a meta iba a pocos segundos del coche que me precedía, había niebla y la carretera era un tubo humano. Al pasar el coche anterior se metieron todos en medio de la carretera y cuando llegué a pocos segundos todos, menos uno, saltaron hacia los lados. Le atropellé y pasó por mi parabrisas hasta el techo y cayó por detrás. Temí por su vida. En el control del siguiente tramo pregunté a la organización y me dijeron que “no era nada…, sólo rotura de cadera, un traumatismo craneoencefálico y conmoción cerebral…”

 

Salí al tramo y no podía quitármelo de la cabeza. Sin oír las notas de Rodri –su copiloto- me di un toque rompiendo el radiador y a partir de ahí se fue todo al traste. Llegamos en los puntos, y de milagro, empujando el coche para subir al podio. Merecimos mucho más.

 

· El Grupo N, en aquel 1991, no se podía considerar una segunda división. Apellidos como los de Sulayem, De Mevius o el malogrado Menem, junto al tuyo, dieron realce a esta categoría. ¿Hoy, 25 años después, cómo los recuerdas?

 

FC: Era una categoría muy competida. No sólo a los que nombras, Alister McRae, Kytoletho y otros muchos pilotos de categoría, pero especialmente esos tres luchaban conmigo por el título, con una gran diferencia, la presupuestaria.

 

Gregoire (de Mevius) era, como todo buen ‘conde’ de sangre azul, un gentleman que vivía en su castillo de Bélgica y se divertía corriendo. Carlitos (Menem), que asustaba por sus guardaespaldas con ‘pipa’ a la vista y posteriormente asesinado, era un grandísimo muchacho. Llevaba mejor equipo y asistencia que Carlos Sainz, helicóptero incluido, y su presupuesto era ilimitado. Y el bueno de ‘Mo’ (Mohamed bim Sulayen), jeque de los emiratos árabes. Era, junto a su copiloto Ronan Morgan, de lo más divertido. Muy rápido, y de perras mejor ni hablar. Siempre dije que con su reloj plagado de diamantes incrustados yo haría tres temporadas completas... En fin, que en teoría era imposible competir contra ellos, aunque en la práctica no sólo lo hice, sino que merecimos ganar el mundial, lo que hubiéramos conseguido de tener un coche más fiable.

 

· Fueron ocho rallyes con sus correspondientes semanas de reconocimiento, pero es que además encontraste el tiempo justo y necesario para ser campeón canario de rallyes sobre tierra. Fue con un MG Metro 6R4, ¿pero dónde estaba el secreto para combinarlo todo?

 

FC: Cada carrera del mundial nos llevaba tres semanas completas y fueron ocho rallyes, con lo que no se podría hacer nada más al mismo tiempo. La suerte es que esos rallyes de tierra eran secretos y no había entrenamientos. Mientras Rodri se quedaba en Grecia o Córcega limpiando las notas, yo volaba a Canarias justo para tomar la salida, correr con un coche único en mi vida, y volver. Con todo eso ganamos 13 rallyes en dos años. Una locura maravillosa.

 

· Fernando, hasta aquí esta primera introducción de tu bautismo en el mundial. El próximo capítulo llegará en pocas semanas, donde recordaremos tu paso por el Tour de Corse de aquel año…

 

FC: Pues que quieres que te diga: un millón de gracias por acordarte de mí en este 25 aniversario, por permitirme sacar del baúl de los recuerdos esas maravillosas vivencias y poder compartirlas con todos los aficionados. Un adelanto: si en Portugal lo pasamos mal, ¡en Córcega fue aún peor!

 

Fotos: Copi Sport

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