Pese a la suspensión de todos los eventos deportivos por el virus de la que informaba la Federación de Deportes de Shanghai, la Fórmula 1 intentará hasta el último momento la celebración del Gran Premio de China. Por lo menos, eso es lo que ha defendido Ross Brawn, el director deportivo de la F1. "Creo que, si hay una posibilidad de que no se celebre en abril, se pospondrá", aseguraba.
De la misma forma, descartó la opción de intercambiar las fechas con otro gran premio, como se rumoreaba que se haría con el de Rusia y que la organización rechazó. "Probablemente no haríamos eso. Simplemente trataremos de encontrar una ventana para celebrar la carrera hacia fin de año", admitió.
Brawn pide paciencia para todos los involucrados, principalmente por la decisión final que tomen las autoridades chinas después de la cancelación de todos los eventos en marzo, "una situación trágica y muy difícil".
Eso sí, la F1 tendrá que resolver la situación en unas dos semanas para poder programar correctamente los transportes de materiales necesarios para la organización, así como las personas que vayan a montar la carrera en sí. "Ese es un gran desafío, es una etapa crítica. Y sucederá dentro de dos o tres semanas", sentenciaba Brawn.
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