El Rallye de Monte Carlo es el rallye de los rallyes. Prueba de ella es la cantidad de pilotos que a lo largo de su historia –que arrancó en 1911- han pasado por sus diferentes listas de inscritos. Sólo dos han sido canarios, José María Ponce –acompañado por Gaspar León-, que en 1997 estuvo al volante de un Toyota Celica GT Four, y Chico Reyes, el personaje que hoy nos ocupa, que hizo lo propio en la década de los 60.
Este fin de semana se cumplen 50 años de su participación en el XXXIV Rallye de Monte Carlo, donde se puso al volante de un Austin Cooper 1.275 acompañado a la derecha por el francés Alain Langlet.
Partiendo desde Lisboa -como etapa de concentración- a primera hora de la mañana del 16 de enero, les esperaba un recorrido que pasaba por puntos como: Madrid, Burgos, Bayona, Bergerac, Angers, Mountauban, Millau, Mauriac, Saint-Flour, Montbrison, Bourg, Saint-Claude, Chambery, Uriage, Gap, Seyne-les-Alpes, Lombruisse, Saint-Auban, Pant Charles-Albert y Mónaco como punto final de llegada.
La nieve, protagonista
El blanco elemento fue el gran protagonista de aquella edición, es más, de los más de 230 pilotos que tomaron la salida fueron menos de 40 los que llegaron a alcanzar la meta. Los medios de comunicación de la época destacan la etapa entre Chambery y Mónaco, de 808 kilómetros de recorrido, como una de las más infernales.
Con final en La Turbie, a la entrada del Principado, estaba salpicada de nada menos que de 12 puertos de montaña. En este punto, de 106 clasificados que llegaron a Chambery únicamente 42 lograban llegar a Mónaco. El diario francés L’Equip temió porque ninguno de los participantes alcanzara la meta final. “La tempestad de nieve ha destrozado el XXXIV Rallye de Monte Carlo, se puede considerar que es la más ‘mortífera’ de todos los tiempos”, rezaban sus páginas.
‘Chicho’ Reyes y Alain Langlet, al volante del Austin Cooper con la matrícula TF – 29740 y el número 221 en sus puertas trató de alcanzar la meta aunque, como José María Ponce 32 años después, no pudo verla.
La victoria, en un rallye que se celebró entre el 16 y el 23 de enero, fue para el B.M.C. Cooper de Timo Makinen y Paul Easter, con apenas 495 puntos de ventaja sobre Eugen Bohringer-Rolf Wuetherich y su Porsche 904 GTS.
Como ilustres que lograron acabar la prueba en esa edición encontramos a Peter Harper (4º con Sunbeam Tiger), Roger Clark (6º sobre un Rover 2000), Andrew Cowan (11º al volante de otro Tiger) y Ove Andersson (13º pilotando un Saab 96 Sport).
Texto: Javier Viera | Foto: MotoraDiario.com