En la pasada Asamblea Ordinaria de la Federación Canaria de Automovilismo se presentaron poco más de 50 propuestas. Una de ellas, la número 48, se centraba en las bridas de los turbos para las modalidades de rallyes y montaña.
La misma, venía presentada por Germán Hiller y Víctor Suárez. En su ‘asunto’ relata lo siguiente: “en la búsqueda de una mejor igualdad a los equipos participantes en las competiciones de asfalto, solicitamos la siguiente propuesta”.
Como tal, reclama sustituir el texto del punto 10.1 del artículo de las PPCC, por el siguiente: “Las bridas de los turbos para rallyes y montaña se regirán según la normativa FIA para rallyes de la temporada en curso. En los vehículos Grupo A, N5, N+, TA y T se permite la utilización de brida de 36 mm...”.
Debemos aclarar que en ese texto lo que se ha añadido es, exclusivamente, el grupo N5. El resto de grupos ya venía contando con la permisividad de montar brida de 36 mm, y no de 34 como sería el caso puramente FIA.
La raíz la encontramos cuando la Junta de Gobierno de la FCA decide dar un año más de prórroga al asunto de las bridas; las mismas quedarían una temporada más tal cual estaban en 2017.
En ese preciso momento, los asamblearios mencionados no estuvieron avispados ni atentos para defender la Propuesta 48 que, como decimos, venía firmada por ellos. El hecho de no hacerlo no permitirá a los N5 luchar en igualdad de condiciones, o al menos con las mismas reglas de juego, que el resto.
Evidentemente, ésta no era una cuestión populista como la de las inscripciones o la de los neumáticos, básicamente porque a día de hoy apenas afecta a dos unidades del parque automovilístico canario. Nos consta que ambos equipos no quieren arrojar la toalla para luchar contra algo que consideran que no es justo.
Confiaron en que fuese defendida para velar así por sus intereses deportivos, pero no fue el caso y, salvo milagro, deberán seguir batallando con una brida del turbo inferior a la de sus rivales.