Estaban siendo unos meses convulsos en torno a la presidencia del máximo organismo del motor. Las mejoras esperadas durante su mandato no han sido las esperadas, lo que unido a la crispación existente con muchos de los pilotos, llegando a ver desplantes en GP de F1 o quejas públicas y sonadas por sanciones desmedidas y carentes de sentido.
La mayor polémica durante su mandato, al menos a nivel público, fue la que creó él mismo. Creó un problema donde no lo había empeñandose en que los pilotos no podían utilizar lenguaje malsonante en televisión. Comenzó en F1, siendo Max Verstappen el más castigado, pero también ocurrió en los rallies, con Adrien fourmaux en el pasado Rally de Suecia.
Su gestión interna tampoco ha sido todo lo llevadera posible. Dimisiones muy sonadas, cláusulas de silencio abusivas y la expulsión de algunos miembros del propio organismo han ido dañando su imagen.
Ahora, según ha confirmado el periodista Ibrahim Al-Zubaidi, especialista del motor en Arabia Saudí, mañana mismo se anunciará en rueda de prensa que Mohammed Ben Sulayem dejará su cargo a finales de este mismo año, cuando se celebrarán las elecciones para un nuevo presidente.
En esta misma rueda de prensa se anunciará al que, en teoría, estaba destinado a sustituirle, pues no había una candidatura que rivalizara con la suya. Sin embargo, la BBC ha publicado que Tim Mayer, uno de los dirigentes que el propio Ben-Sulayem despidió, anunciará en los próximos días su candidatura a la presidencia.