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Hoja de ruta: Madeira, días dos y tres

Rallyes  |  Javier Viera  |  04 agosto 2017 20:15

En la jornada del jueves fue imposible realizar la ‘hoja de ruta’ correspondiente. El día comenzaba muy pronto y acababa tarde, así que para tener las ideas lo más frescas posibles lo mejor era dejar el teclado a un lado.

Y ese momento ha llegado, a dos tramos de la conclusión de la primera etapa seria del Rallye Vinho Madeira. Un día en donde el calor, la niebla, e incluso la lluvia, se han dejado sentir. Pero empecemos por el principio. Ese principio lo encontramos en el jueves 3 de agosto.

A las 10:00 h arrancaba el shakedown. Pude llegar sin problemas al cruce que quería que, de paso, era de los pocos puntos de interés que tenía. La policía madeirense se muestra muy colaboradora y, prácticamente con todos los que me he topado, hablan inglés. La pena es que ‘me tocó’ en el cruce al único que debe ser que no hablaba otro idioma que no fuese el portugués y para colmo de males parecía que disfrutaba ubicándose delante de los gráficos. De tres horas que duraba el shakedown aguanté la mitad, coincidiendo que los prioritarios dejaban hueco al resto de participantes.

De ahí puse rumbo al Tecnopolo para realizar la crónica del shakedown y otras ‘actualizaciones’ propias de MotorADiario.com. Estiré un poco el tiempo hasta las 14:30 h, momento en el que los responsables del Tour European Rallye ofrecían una rueda de prensa. Para mi sorpresa, la televisión pública local, es decir, RTP Madeira, y un servidor, fuimos los únicos medios presentes. En fin, un éxito…

La tarde iba a ser cómoda, logísticamente hablando. A las 15:00 h aparcaba el coche en el hotel y ya no iba a tener que cogerlo hasta la mañana siguiente. Primero tocaba un almuerzo, esta vez con un bocadillo que aprovechaba el ‘bolo de caco’ del que les hablaba el otro día. Y sí, para acompañar, una Brisa Maracujá. Un breve descanso en el hotel de una hora y rumbo a la Avenida do Mar donde se disputaba la primera súper especial. Fantástica organización, espectacular imagen la que proyecta este tramo y sorprendente la cantidad de gente que acoge en un trazado de poco más de dos kilómetros.

 

Así, el día tocaba a su fin. Una pizza rápida y para el hotel para realizar la crónica y descansar algo de cara al viernes.

Viernes: Madeira en estado puro
Como el día anterior, el reloj sonaba a las 7:15 h. Tenía algo más de margen porque en mi plan estaba acudir al segundo tramo del día. Concretamente a su inicio y junto al estadio del equipo de fútbol Nacional de Madeira. Allí se encuentra un espectacular salto.

Me costó dar con el sitio, menos mal que había tiempo. Además, es desesperante la cantidad de cuestas empinadas que tiene la isla. Subirlas es una tortura y para bajar tienes que aplicar todos los sentidos.

Después de llegar desistí a la hora de ubicarme en el salto. Estaba a contraluz; al menos tenía otra curva cerca de 90 grados que podía dar algo de juego. Justo antes de arrancar el tramo se nubló, pero no era momento de cambiar de ubicación. En ese momento ya no pasaban los únicos españoles participantes en el rallye. Un toque en la primera especial fruto de la lluvia los dejaba en la cuneta.

En su segunda pasada me puse en el salto; no estuvo mal, aunque con un 200 mm iba algo justo. Aguanté unos 20 coches y puse rumbo a la especial ‘Cidade de Santana’, más al norte y a unos 45 minutos de distancia.

Por la mañana me creía afortunado por librarme de la lluvia, pero no duró mucho la alegría. Rumbo a Santana veía que una nube cargada avanzaba sin remedio hacia la isla. Antes de arrancar el tramo, después de descubrir otro acceso y su correspondiente pendiente, ya estaba empapado de agua. Al menos el resultado fotográfico mereció la pena.

Deshojando la margarita, decidí finalmente poner rumbo al hotel y no esperar a la segunda pasada. Así podía adelantar algo de trabajo, cenar y darme un salto a la asistencia después de los dos tramos nocturnos.

Dos curiosidades antes de acabar. La especial que abría el rallye contaba con una caravana de clásicos. En ella se encontraba el francés Jean-Pierre Nicolas pilotando un Renault 8 Gordini similar al que empleó en 1967 en esta misma prueba para ser el primer vencedor internacional que tuvo el ‘Vinho Madeira’.

Justo antes de ese momento, y dando una vuelta por las calles de Funchal, me topé con una agencia de viajes que ofrecía viajes a ‘Canárias’ (Gran Canaria). Entre el 1 de julio y el 23 de septiembre, siete noches y con vuelos operados por Binter. ¡Desde 388€! Por cierto, la foto que usan no sé dónde es. Si alguien tiene alguna pista…

Mañana, más.

Comentarios de la Noticia

Dani  |   el 04/08/2017 a las 22:06
Maspalomas...el primcipio de la playa, donde estan todos los comercios viejos

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