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FIA ERC | WRC3
Sin temor a equivocarnos, uno de los nombres del año en el apartado internacional, está siendo el de Oliver Solberg, que con sus apenas 19 años, está llamando a las puertas de aspiraciones más altas en el deporte del motor.
A pesar de que sus dos últimos resultados no le han acompañado del todo, sumando un cero en la última cita del FIA ERC en Fafe Montelongo, teniendo que verse obligado a abandonar por un problema de motor en su VW Polo GTI R5, aprovechando la fórmula del superallye para retornar a la competición, misma fórmula que utilizó en el Rally Italia Sardegna del WRC, donde logrósumar apenas 8 puntos para la categoría WRC3 tras golpear una piedra en la primera etapa, el joven piloto sueco ha dejado entrever enormes destellos de su calidad en lo que llevamos de 2020.
En una temporada donde está conociendo de lleno el asfalto, el hijo del campeón del mundo de rallyes, Peter Solberg, ha demostrado un acoplamiento total, eficaz y rápido a esta superficie, una tarea a veces complicada para los pilotos nórdicos. Su apuesta por el FIA ERC, combinado con su programa principal en el WRC, le está valiendo para adquirir tablas en el alquitrán, siendo buena muestra de ello la enorme P3 conseguida en el Rally di Roma Capitale, batiéndose con expertos de esta superficie como Alexey Lukyanuk y Giandomenico Basso.
A casi nadie le extrañó su segunda victoria consecutiva en la tierra de Liepaja, un galardón que le reafirmaba una vez más como el piloto más joven en conseguir una victoria absoluta dentro del Campeonato de Europa de Rallyes. Esta victoria le ponía en franca posición de luchar por el campeonato absoluto y por la categoría ERC 1 Junior, entorchados que forjan a futuras súper estrellas de este deporte.
Con estas premisas, Solberg se presentaba en Fafe Montelongo con las miras puestas en el campeonato. Terreno neutral para los habituales del campeonato, cuya edición debutaba en el FIA ERC, en el segundo asalto a una prueba de asfalto del piloto del VW Polo GTI R5. Aunque su tercera aventura en el ERC 2020 no empezaba de la mejor forma, con una fuerte salida de carretera en el shakedown previo a la prueba, el equipo conseguía reparar la montura tras una exhausta noche de trabajo.
Confinado en el podio durante toda la primera etapa, la joven estrella sueca se vio obligado a abandonar al final de la misma debido a daños derivados del accidente en el shakedown. El tubo de escape del VW Polo GTI R5 tenía desperfectos severos que provocaron una avería en el turbo, que hacía perder potencia en su montura. De nuevo, tarea extra para el equipo que resolvería esta incidencia, y que permitían a Solberg reincorporarse a la segunda etapa en la modalidad del superallye, un segundo día donde le dio tiempo de dejar su impronta. Sin jugarse absolutamente nada, más que su honor, el piloto sueco marcó tres scrachts absolutos durante el día, siendo el último de ellos en el último tramo del rallye, donde tres verdaderos expertos de la conducción sobre asfalto, Alexey Lukyanuk, Yoann Bonato e Iván Ares, se jugaban el rally en una diferencia apenas de menos cinco segundos entre ambos.
Así se despidió el bueno de Oliver Solberg de su aventura portuguesa en el FIA ERC, con sus opciones al título menguadas por el cero que sumó, aunque continúa líder de la categoría ERC 1 Junior, pero con uno de esos mensajes concisos y rotundos que llaman a las puertas del futuro de un crack del presente.
* Foto: FIA ERC
