World Rally Championship
Casi veinte años han pasado. Cerca de dos décadas en las que el Mundial de Rallies ha tenido tres campeones diferentes, aunque el dominio ha sido de dos, que además comparten nombre, Sebastien.
Esta historia comienza allá por 2004, cuando un joven Sebastien Loeb, junto a la marca que le acompañó durante casi toda su carrera deportiva, Citroën, lograba el primer título mundial. Lo hizo logrando 6 victorias en 16 rallies.
Ahí empezaba una era de dominio absoluto, 9 títulos seguidos y se catapultaba a la cima de la historia. Sin embargo, toda era tiene un fin, y el de Loeb llegó en 2012, cuando se retiraba de manera oficial, aunque seguiría disputando algún rally suelto.
Ese año 2012, tras varios encontronazos en el equipo galo, Loeb consiguió su último título, eso sí, con su compatriota Sebastien Ogier fuera del equipo, que ya había fichado por Volkswagen.
El desembarco del equipo alemán fue apoteósico. Hasta que estalló el ‘Dieselgate’, que precipitó la salida de Volkswagen del WRC, fueron el equipo que dominó con mano de hierro durante 4 años, lo que supusieron los primero 4 títulos de Ogier.
Tras esto, el francés se arriesgó a ir a M-Sport, que aunque contaba con cierto apoyo de Ford, no era una marca oficial, como sí lo eran Hyundai y Toyota. En Ford logró otros dos títulos, hasta que en 2019 regresó a Citroën.
Ese año, con un coche que no era competitivo, fue el único ‘impase’ en el Mundial, cuando Ott Tänak lograba el campeonato. La salida de Citroën provocó que Ogier fuera a Toyota, donde ha logrado los últimos dos campeonatos.
Ahora, la historia se repite. Ogier se retira, al menos de manera parcial, y no volverá a lograr ningún título más, al menos, en el WRC.
Han sido 17 títulos, 133 victorias absolutas y dos nombres que pasarán a la historia. Y así, llega el fin de una era, el fin de dominio francés, y el fin de los Sebastien.