Este domingo se disputará la edición número 65 del Gran Premio de Gran Bretaña. Junto a la de Italia, esta carrera es la única que nunca se ha quedado fuera del calendario de Fórmula 1.
Se corre sobre la histórica pista de Silverstone, trazado que se formó uniendo las calles perimetrales de un antiguo aeropuerto militar. El 13 de mayo de 1950 fue sede de la primera carrera del nuevo campeonato del mundo; allí se encontraba el rey Jorge VI, que vio cómo Alfa Romeo conquistaba las tres primeras posiciones y también a la mítica “triple F”: Giuseppe Farina, Fangio y Fagioli.
Ferrari no estaba presente en esta carrera, sino que debutó en la siguiente prueba, en Mónaco. Pero la pista de Silverstone jugó, de todas maneras, un papel muy importante en la historia del Cavallino. Fue precisamente allí cuando al año siguiente, en 1951, Ferrari consiguió su primera victoria en Fórmula 1 de la mano de José Froilán González. Aquel 14 de julio el argentino, al volante de su 375 F1, consiguió cruzar la línea de meta en primera posición. Además de Silverstone, que esta semana será la cuadragésima octava vez que acoja la carrera, este Gran Premio se ha celebrado también en Aintree (cinco veces) y en Brands Hatch (en doce ocasiones). Ferrari ha conseguido 16 victorias en Reino Unido, prácticamente una de cada cuatro, obteniendo además 15 poles y 51 podios.
La victoria de 1951 señaló el inicio de una era dominante de Ferrari en Silverstone: Alberto Ascari ganó en 1952 y en 1953 con el 500 y González lo hizo en 1954 con el 625 F1. Fangio, por su parte, lo hizo en 1956 (en 1955 y 1957, la carrera cambió de escenario, disputándose en Aintree) con el D50. En 1958, los británicos pudieron disfrutar de la victoria del Ferrari de Peter Collins, que al volante de su 246 F1 vio la bandera a cuadros por delante de su compañero y compatriota Mike Hawthorn. En 1961 Ferrari acabó con su maldición de Aintree, haciéndose de hecho con un triplete en sus 156 F1: el alemán Wolfgang Von Trips acabó por delante de los estadounidenses Phil Hill y Richie Ginther.
A esta época de éxitos en tierras británicas, le siguieron quince años de sequía. El encargado de acabar con esta mala racha fue Niki Lauda con su 312 T2, imponiéndose en Brands Hatch después de haberse hecho también con la pole y la vuelta rápida. Dos años después la victoria llegó de la mano del argentino Carlos Reutemann y su 312 T3. En 1990, se anunció que para la edición de 1991 el trazado sufriría profundas modificaciones, con el fin de reducir la velocidad de los monoplazas. Ferrari fue precisamente el último equipo en ganar en el Silverstone original, el “ultrarrápido”: Nigel Mansell logró la pole con una velocidad media de 225 km/h, pero fue Prost quien se hizo con la victoria en el otro F1-90.
El primer piloto de Ferrari en salir victorioso del nuevo trazado de Silverstone fue Michael Schumacher, que ganó en 1998 después de haber cumplido una sanción de “stop&go” en la última vuelta. Un año más tarde, el alemán fue víctima del accidente más grave de su carrera como piloto: se salió en la curva Stowe y se rompió la pierna derecha, por la que se vio obligado a perderse buena parte de aquella temporada. Ferrari volvió a ganar de 2002 a 2004 con Schumacher, Barrichello y otra vez Schumacher, mientras que en 2007 fue Kimi Raikkonen el que subió a lo más alto del podio. La última victoria del Cavallino en territorio inglés data de 2011, cuando Fernando Alonso regaló su primera posición a la afición ferrarista. El español, en el debut del renovado trazado de 5,891 kilómetros, completó una magnífica primera parte de carrera en mojado y consiguió una incontestable victoria para el Cavallino Rampante.
Fuente: Ferrari
