Parece que no ha manera. Por un motivo o por otro, en McLaren parecen estar gafados. En un fin de semana, el del GP de Austria, destinado a seguir probando cosas, Fernando Alonso ha durado tres curvas y Jenson Button apenas diez vueltas.
La imagen del fin de semana la ha protagonizado Fernando Alonso y su viejo compañero de equipo Kimi Räikkönen. Entre la segunda y tercera vuelta el Ferrari del finlandés sale perdiendo tracción hasta que, de manera definitiva, el coche le pega un latigazo que termina enganchando al McLaren del español.
“No sabía donde estaba”, declaraba el español. El impacto terminaba con Alonso sobre el Ferrari y a su vez sobre las vallas de protección. “Me quedé mirando al cielo” e instantes después se percató de algo importante, “tenía un coche debajo”. Una escena escalofriante que por fortuna no pasó a mayores.
La tristeza tuvo continuidad en McLaren con el abandono de Button en la décima vuelta, cuando más de la mitad de la carrera se había desarrollado con el safety car. ¿El problema? Al parecer fue por un sensor de la alimentación del motor Honda.
De cara a los test de esta semana, en McLaren, que llegaba con un paquete de mejoras, hay preocupación. Por un lado, Alonso estrenaba un nuevo morro que ha quedado destrozado, aunque podría haber recambio. El motor también habría podido salvarse, aunque otros elementos no, por lo que los avances podrían seguirse retrasando.