A los mandos de un SEAT Córdoba WRC que está rindiendo a la perfección, el lanzaroteño no pudo mejorar en el último intento al encontrarse al participante que le precedía, logrando en cualquier caso unos valiosos puntos en la segunda cita del certamen.
Oliver Rodríguez regresaba a un escenario en el que había materializado dos triunfos absolutos, ambos al volante de su inseparable SEAT Córdoba WRC. Este año la Subida de Haría presentaba un cartel del lujo y, además, se encuentra en esa primera parte del curso que el piloto de Perforaciones y Sondeos La Cañada está empleando para terminar de quitarse el óxido y así recuperar el tono de manera definitiva.
“Nos hemos quedado con un sabor agridulce”, reconoció Oliver Rodríguez nada más acabar la prueba. “Por un lado estamos satisfechos al ver que el SEAT Córdoba WRC está funcionando, especialmente hoy en un día de gran exigencia, pero nos quedaremos con la duda de ver qué hubiese pasado en la última manga”, momento en el que se encontraba por el camino a Juan Carlos de la Cruz. “Había hecho un trompo y al llegar ocupaba prácticamente toda la carretera, tuve que frenar, pasar y seguir. Ahí perdimos unos segundos vitales”, lamentó el piloto de Lanzarote.
“A la postre ocupamos podio entre los pilotos locales y estos puntos pueden ser importantes a final de año”, explica un Oliver Rodríguez. “Poco a poco nos vamos encontrando más cómodos y sobre todo con más confianza, así que estoy con ganas”, dijo el carismático piloto del WRC.
La primera toma de contacto la realizó con neumáticos moldeados, marcando 4:47.449. Para la primera manga oficial, ya con slicks, detuvo el crono en 4:41.291, mientras que en el intento definitivo su crono fue de 4:43.104, menos de dos segundos peor debido al problema comentado anteriormente. Sistemáticamente ocupó la quinta plaza.
Ahora el objetivo enfoca hacia el Rallysprint Tomás Viera que se celebrará el próximo mes de julio, cita que se antoja clave en el devenir del certamen.